soy Calipso.
Leo y yo hemos llegado hace un rato, y Percy ha insistido en que escriba.
Percy... ¿De veras llegué a enamorarme de él? No sé- Ahora que Leo me ha rescatado siento que no podría estar con otra persona excepto el hijo de Hefesto.
Cuando llegamos hubo mucho allboroto. Habían recibido el mensaje de Leo y nos esperaban en vilo, era de noche, pues las esperanzas de vernos aparecer en el cielo le simpedían dormir. Después de obsequiarnos con una cena fantástica (probé las famosas "hamburguesas"), Percy nos pidió a Leo y a mi que fuésemos con él.
Lo seguimos hasta el pino. El vellocino me hizo sentir bien; irradiaba frescura, vida y naturaleza.
-Calipso, yo... quiero que sepas que hice lo posible por ayudarte- Percy me explicólo que había hecho para intentar rescatarme de Ogigia. Relató su renuncia a la inmortalidad para ayudar a los dioses menores a ser reconocidos. Lo he perdonado inmediatamente.
Ahora duermo en la casa grande, y creo que me acostumbraré al Campamento.
Hasta pronto,
Calipso.
(creo que Percy deseaba que contase nuestro viaje, pero es algo personal entre Leo, yo y Festo)
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Uau, tenéis una Oráculo que dibuja genial.
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