26 nov 2014

27. NICO

¿En serio?

La verdad es que no me esperaba que mi desaparición causase tanta preocupación.

Preferiría no hacerlo, pero Jason me ha insistido en que os cuento dónde he estado, y le debo un favor (una cosa de nada relacionada con el puñetero cetro de Diocleciano), así que allá voy...

Era de noche, las doce y media más o menos, y yo estaba intentando ir a la cabaña de Artemisa sigilosamente para que no me pillasen las arpías. Necesitaba encontrar un arco que estuviese, más o menos, en buen estado, y los de la armería no me servían. Iba a cogerles uno de esos arcos plateados para regalárselo a Will al día siguiente, pues era su cumpleaños.

Al ser hijo de las sombras, no me costó acercarme sigilosamente a la cabaña 8, de color plata y con unos cuervos plateados en el tejado.. Los problemas comenzaron cuando entré.

En fin, ¿Quién iba a decir que hubiese un detector de chicos en esa maldita cabaña? Yo no lo escuché, por supuesto, pero cuando entré y cogí uno de los arcos que había repartidos por el suelo de número 9 (el tipo de arco que Will usaba), una red trenzada de plata cayó del techo y me aprisionó en el suelo, y un dardo (al parecer, con somnífero) se me clavó limpiamente en el cuello.

Desperté en la entrada del Campamento, cubierto de moratones y con un nota al lado de mi cara, que estaba en el suelo.

"La próxima vez te lo pensarás mejor antes de irrumpir en territorio sagrado, chico. P.D: quédate con el arco.
Atentamente, T.G lugarteniente de Artemisa"

Aparentemente, he estado desaparecido una semana mas o menos, aunque me han parecido segundos.

El hijo de Hades se despide.


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