2 oct 2015

44. PERCY

Os he de contar algo que me pasó hace poco... Y por lo que estoy terriblemente preocupado.

Estaba en casa de mi madre y de repente se escuchó algo en el cuarto de Laura. Como una especie de estallido. Mi madre gritó y Paul y yo fuimos corriendo a ver qué estaba pasando.

Allí, delante de la cuna de Laura, había una mujer vestida con un vaporoso vestido blanco, con el pelo castaño y rizado hasta la cintura y los ojos completamente negros, como los de un animal. Por la cara que puso Paul supuse que no veía nada, así que utilicé un pequeño truco que me había enseñado Annabeth; chasqueé los dedos delante de los ojos de Paul, y la niebla desapareció de ellos, permitiendo que viese a la extraña mujer.

- ¡Eh! - gritó Paul antes de que le pudiese detener - ¡Basta! ¡Es mi hija, y no permitiré que me la quites!

La mujer giró lentamente su cabeza y miró con sus negros ojos a Paul. Sus labios estaban pintados de rojo oscuro y compusieron una sonrisa maliciosa. Abrió la boca para hablar, pero fue como si cinco mujeres hablasen a la vez.

- La niña no te pertenece. Es una hija de la tormenta, y con las hijas de la tormenta debe estar.

Miré desafiante a esa mujer y destapé a contracorriente.

- ¡Y yo soy el hijo de Poseidón, y esa es mi hermana pequeña!

Alcé la espada y corrí hacia la mujer, que simplemente tocó con un dedo la espada. Al instante me quedé paralizado, mirando con cara de odio a la extraña. Ella alargó un brazo hacia la cuna, cogió a Laura y, antes de que Paul le diese un golpe con la lámpara, desapareció dejando un rastro a algas marinas.

Nos encontramos a mi madre llorando, y le explicamos lo que había pasado.

Pienso encontrar a esa mujer.

Y, cuando lo haga, la mataré.